domingo, 3 de noviembre de 2013

¿A la Moda? Mejor mi estilo

La sociedad de hoy está muy unificada. Hay un término incluso para este fenómeno: globalización. Sin distinción de lugar, país, raza, incluso se ha unificado un idioma para poder comunicarnos mejor.  Parece ser que toda la humanidad viste igual: jeans, tenis y blusas o playeras. Hombres y mujeres, de todas las edades. Uno va en el transporte público y no encuentra ninguna diferencia en el atuendo de los compañeros de viaje.

La moda es algo que cambia repentinamente. No bien acabas de adquirir algo costoso, pero de "moda" esta moda se cambia y lo que has comprado pierde su atractivo, obligándote a comprar nuevas cosas.
También es algo injusto, es una "imposición" sobre lo que debes de vestir; nos hace sentir que solo seremos valiosos o dignos de ser tomados en cuenta si seguimos todas las exigencias de la moda.

Después de todo, ¿ser igual a los demás? ¿Verme igual a los demás? ¡Yo soy única!  Dios me ha creado única, ¿Por qué tendría que vestirme como todos, siguiendo una moda que ofende a Dios? Porque como sabemos la mayoría de las modas actuales no son nada modestas.

No cortaré mi conciencia para entrar en las modas
de este año.
Uno de los miedos más comunes al cambiar nuestra forma de vestir es el clásico "que dirán" Para el católico la crítica no es novedad, ya sabemos que nunca le daremos gusto al mundo hagamos lo que hagamos. Sin embargo nadie puede criticarnos por vestir así.

El católico no sigue las modas. Nosotros vivimos en el mundo pero no pertenecemos a él. Los tiempos cambian pero la Iglesia es la misma, Cristo es el mismo. Los católicos somos libres, no estamos sujetos al mundo ni a sus modas.
Sin embargo esto no significa que no seamos personas de nuestro tiempo, por algo Dios nos ha puesto en este lugar y en este tiempo, para ser luz en este mundo ahora. No es necesario vestir como hace siglos, demos Gloria a Dios vistiendo modestos como hombres y mujeres del siglo XXI. Todos nosotros compramos prendas que han sido fabricadas según los criterios actuales. Lo importante es tener el gusto para elegir o adaptar la ropa.
Incluso se puede estar a la moda pero nosotros elegiremos en que cosas, en que aspectos, que prendas, de acuerdo a un criterio basado en la ley de Dios y en las virtudes cristianas. Y por supuesto sin gastar sumas enormes pues la ropa no es un fin sino un medio para vivir santamente.

Dentro de la ropa que es modesta, hay una gran variedad de estilos, en las faldas (de colores, flores, mezclilla, rectas, amplias más largas o cortas) en las blusas, en los zapatos...

He encontrado a lo largo de los años un estilo propio de acuerdo a mi personalidad, gustos y posibilidades (económicas y de tiempo) Este estilo es algo que me caracteriza y me identifica ante los demás. En mi escuela todos me reconocen por usar falda pero no solo eso, sino también por cierto estilo propio y gusto estético al combinar prendas. Mi forma de vestir también dice a los otros "yo soy así"  "esta soy yo" "¡Soy única, soy católica, y soy de Cristo!"






1 comentario:

  1. Hermoso artículo. Y esto me da inspiración y me impulsa para empezar a vivir la modestia. Es muy cierto esto del miedo al "qué dirán" pero creo que es cuestión de proponerselo, comenzar de a poco cambiando la ropa hasta que sea algo definitivo. Y siempre en oración, pidiendo al Señor que nos de la virtud de la modestia. Gracias nuevamente.

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