Modestia es belleza: junio 2013

viernes, 28 de junio de 2013

Visión distinta de hombre y mujer



Al ser creados hombre y mujer, Dios nos hizo con la misma dignidad como personas pero distintos, nos complementamos uno al otro. Por lo mismo hombre y mujer perciben distinto el entorno, las relaciones humanas, el vestir y el actuar del otro. En su origen la naturaleza humana es buena porque fue creada por Dios. Pero ha quedado herida a causa del pecado original.

"La principal herida del pecado original consiste en que la inteligencia ya no conoce bien a Dios como su bien principal; el bien que haría feliz al Hombre. Entonces, los instintos animales y los deseos del alma se desordenan y ya no obedecen a la razón. El pecado original ha herido al varón de una manera y a la mujer de otra. Habiéndolos herido a ambos, los hirió de manera disimétrica, a cada cual a su modo. Varón y mujer serán afectados por las mismas concupiscencias e incurrirán en los mismos vicios capitales, pero de manera diversa.

El varón tiende a regresar a lo instintivo y a los apetitos del cuerpo. En él el polo animal tiende a predominar y a deshumanizarse. El varón está herido precisamente en la esfera instintiva, en lo que tiene de común con los animales, en el desequilibrio de la concupiscencia de la carne: la gula y la lujuria. Esto quiere decir que la fuerza sexual, el instinto sexual del varón no obedece ya a su razón, se descontrola. Por la lujuria el varón pierde la cabeza: se enceguece o juzga precipitadamente.
La mujer, en cambio, tiende a desequilibrarse por lo que podemos llamar su polo angélico: por los apetitos del alma o la concupiscencia de los ojos. " (la casa sobre la roca P. Horacio Bojorge)

"A la mujer le cuesta comprender lo que le pasa al varón, porque ella no ha sido herida de la misma manera. En ella la instintividad no eclipsa el afecto ni las capacidades del alma. En la mujer la sexualidad y el afecto están unidos armónicamente." (la casa sobre la roca) "La mujer es más difícil que vea al hombre como un objeto de placer. En ella pesa más lo afectivo que lo sensual, es más sensible a percibir en el hombre las cualidades de una masculinidad psíquica; se fijará en cómo es su voz, qué temas de conversación tiene, qué características psicológicas posee. No desprecia su masculinidad física, pero ésta pasa a un segundo plano.

El hombre, sin embargo, tiene una sensualidad más fuerte que hace que la afectividad quede relegada. Es más fácil que vea en la mujer un objeto de placer; de hecho, en un primer momento, esto es lo que fija su atención. "La mujer no siente ese tirón automático ante el cuerpo de un hombre.

El hombre sí lo siente ante el cuerpo de la mujer. Por no saber esto, muchas mujeres interpretan equivocadamente las miradas de muchos hombres (...) No saben que el hombre tiende espontáneamente a fijarse en los aspectos meramente carnales, en lo que la mujer tiene de objeto.
Y por eso cometen el error de querer llamar la atención jugando con lo propiamente sexual. Si supieran lo que pasa muchas veces por la cabeza de los hombres que las miran, y el desprecio que a menudo provocan en ellos se sorprenderían mucho"
 Es importante conocer estas diferencias ya que el pudor es una virtud para vivir en la sociedad; no basta que una persona vista de una forma correcta según su propia sensibilidad, tiene que tener en cuenta la sensibilidad de los demás. Precisamente, a la mujer le resulta más difícil entender la necesidad del pudor, la conveniencia de cubrirse porque no experimenta en sí misma una sensualidad tan fuerte.

La mujer tiende a considerar en primer lugar los aspectos personales, afectivos, humanos. Lo estrictamente carnal viene, normalmente, sólo después de lo afectivo.Pero en el hombre no es así. Por eso las mujeres consideran como cariño lo que, por parte del hombre, es, en muchas ocasiones simple satisfacción del apetito. Se sienten queridas cuando en realidad están siendo usadas
.
Ante una minifalda, unos minishorts o un escote, una mujer puede juzgar fríamente la forma de las piernas, mientras que un hombre es posible que cosifique a la dueña de la prenda convirtiéndola en un objeto sexual. (¿Qué sentido tiene el pudor?) Esto sucede porque "para el varón la sexualidad tiende a recaer en lo instintivo y a disociarse del afecto, eclipsando o interponiéndose en la comunicación espiritual, personal, con la mujer. El varón se queda en el cuerpo y no llega al alma. Su afán posesivo apunta al cuerpo de ella." (La casa sobre la roca)"

Por no saber esto muchas mujeres visten pensando "no es gran cosa, no estoy provocativa la falda está solo unos centímetros arriba de la rodilla, nadie lo nota, usaré pantalones ajustados remarcan mi figura, el escote está bien no enseña tanto" Eso es porque ellas lo perciben así, para ellas eso no es provocativo pero para un hombre sí lo es.

Con una vestimenta modesta la mujer ayuda al hombre a cuidar su mirada, a mirar más allá del aspecto físico e instintivo; le ayuda a poder fijarse en la parte espiritual de la mujer.

Ahora, mujeres hay que cuidar no caer en el otro extremo Dios no nos pide que vistamos cubriendonos totalmente, de pies a cabeza. O que nos "hagamos feas" para no llamar la atención. El cuerpo de la mujer es bello, es armonioso a fuerzas llama la atención pero como decíamos antes que sea una atención hacia la persona, hacia lo que esa mujer es por dentro, no a su cuerpo como una cosa, como un objeto.
Hay que educar la mirada del hombre hacia el respeto, educar a los niños varones a respetar, a controlarse, a ser verdaderos caballeros. Y sumado a esto, la mujer ha de ayudarle a ellos vistiendo con moderación.


Bibliografía
¿Que sentido tiene el pudor? Ana Sánchez de la Nieta
La casa sobre la roca P. Horacio Bojorge

lunes, 17 de junio de 2013

¿Por que modestia, por qué el pudor?

En primer lugar es necesario recordad por que y para que fuimos creados.

"I. "Hombre y mujer los creó..." 2331 "Dios es amor y vive en sí mismo un misterio de comunión personal de amor. Creándola a su imagen [...] Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación, y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión" (
FC 11)."Dios creó el hombre a imagen suya; [...] hombre y mujer los creó" (Gn 1, 27). "Creced y multiplicaos" (Gn 1, 28); "el día en que Dios creó al hombre, le hizo a imagen de Dios. Los creó varón y hembra, los bendijo, y los llamó "Hombre" en el día de su creación" (Gn 5, 1-2).
2332 La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y de su alma. Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear y, de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con otro.

II. La vocación a la castidad
2337
La castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual. La sexualidad, en la que se expresa la pertenencia del hombre al mundo corporal y biológico, se hace personal y verdaderamente humana cuando está integrada en la relación de persona a persona, en el don mutuo total y temporalmente ilimitado del hombre y de la mujer. La virtud de la castidad, por tanto, entraña la integridad de la persona y la totalidad del don.


La integridad de la persona
2338
La persona casta mantiene la integridad de las fuerzas de vida y de amor depositadas en ella. Esta integridad asegura la unidad de la persona; se opone a todo comportamiento que la pueda lesionar. No tolera ni la doble vida ni el doble lenguaje (cf Mt 5, 37).2339 La castidad implica un aprendizaje del dominio de sí, que es una pedagogía de la libertad humana. La alternativa es clara: o el hombre controla sus pasiones y obtiene la paz, o se deja dominar por ellas y se hace desgraciado (cf Si 1, 22). "La dignidad del hombre requiere, en efecto, que actúe según una elección consciente y libre, es decir, movido e inducido personalmente desde dentro y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa. El hombre logra esta dignidad cuando, liberándose de toda esclavitud de las pasiones, persigue su fin en la libre elección del bien y se procura con eficacia y habilidad los medios adecuados" (
GS 17).

La integridad del don de sí
2346
La caridad es la forma de todas las virtudes. Bajo su influencia, la castidad aparece como una escuela de donación de la persona. El dominio de sí está ordenado al don de sí mismo. La castidad conduce al que la practica a ser ante el prójimo un testigo de la fidelidad y de la ternura de Dios." (Catecismo de la Iglesia Católica)


Entonces, Dios creó al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, Dios es amor, por tanto fuimos creados para el amor. Esto se ve en el génesis. Hombre y mujer los creó y les dijo: "Creced y multiplicaos". Es la bendición del Creador para la unión del hombre y la mujer en el matrimonio. La sexualidad tiene que ver con toda la persona, no solo con su cuerpo o con el aspecto físico. Por eso es importante la virtud de la castidad que integra cuerpo y alma. La castidad es guardarse para entregarse completamente y sin reserva al otro, para donarse. Dentro de ese guardarse se incluye proteger lo más íntimo de la persona y cubrir el cuerpo.

Todos experimentamos un pudor natural, es decir tenemos cierto miedo o vergüenza a publicar cosas que nos son queridas, o son parte de nosotros. Lo más íntimo tendemos a guardarlo para nosotros o para las personas más cercanas. En el caso de las partes del cuerpo que se refieren a la sexualidad es natural esconderlas de las miradas de todo el mundo y solo compartirlas con la persona con la cual también compartiremos un lazo de amistad, de amor, de comunión muy fuerte: el esposo o la esposa.




"Cada hombre comprueba en su interior como hay cosas, no sólo materiales sino también espirituales (pensamientos, deseos...) que no quiere que salgan al público. Tenemos una intimidad que nos pertenece y que no entregamos a cualquiera; Algunas cosas buenas nos avergonzamos de que sean públicas la verguenza no es porque sean cosas malas, sino porque son íntimas y no queremos que todo el mundo las conozca.

El pudor protege lo más íntimo de mi persona y lo oculta. Al vestir con pudor mientras se oculta aquello que puede cosificarme, se intenta remarcar lo que me hace persona. Los valores sexuales no me diferencian, no me hacen único; simplemente "dividen" a la humanidad en hombres y mujeres. Lo que me individualiza son mis capacidades personales, mi inteligencia, mis amores, mi intimidad.
Hay que señalar que la falta de pudor en el vestido lleva a la despersonalización. La función del vestido es cubrir lo que es más impersonal, aquellas partes del cuerpo que no nos diferencian de los demás, haciendo que la atención del otro recaiga en lo descubierto, el rostro.

El hecho del vestido que oculta el cuerpo y muestra el rostro ha hecho que la belleza conocida y expresa sea primariamente la de este último; la del cuerpo se supone, se infiere, se adivina, en ciertos grados y formas (...) Esto ha sido un factor de personalización de las relaciones humanas. El cuerpo tiene menor individualidad, es menos identificable, más intercambiable. En su función más propia, es el cuerpo de tal cara. La oscilación entre la preferencia por el rostro o por el cuerpo significa la existencia de dos orientaciones que condicionan la vida: se insiste en la personalidad, o se tiende a la indiferenciación.

Se entiende entonces que el pudor no significa autoencerrarse ni tiene nada que ver con despreciar el cuerpo; no oculto el cuerpo porque éste sea vergonzoso. Precisamente, el pudor es dominar el propio ser para una donación incondicionada, para abrirse a la otra persona. El pudor permite entregar en exclusiva algo muy valioso (lo que yo soy) y que no es del dominio público." (¿Que sentido tiene el pudor?¨Ana Sánchez de la Nieta)
Es así como el vestir de acuerdo a la modestia y al pudor nos dignifica, hace que resalte la belleza del rostro de la persona, de sus virtudes, gustos y características que la hacen única.


Bibliografía
Catecismo de la Iglesia Católica (sexto mandamiento, castidad)
Viene el verano: ¿Que sentido tiene el pudor?¨Ana Sánchez de la Nieta

domingo, 16 de junio de 2013

Catequesis sobre el pudor

Veamos que nos dice el catecismo de la Iglesia católica sobre el pudor:
2521 La pureza exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza. El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.



2522 El pudor protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia y a la moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones del don y del compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta. Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad malsana; se convierte en discreción.

2523 Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías dominantes.

2533 La pureza del corazón requiere el pudor, que es paciencia, modestia y discreción. El pudor preserva la intimidad de la persona.

Entonces en resumen el pudor protege y cubre lo más íntimo de la persona, es la virtud que nos enseña a preservar nuestra intimidad de los extraños, a no mostrar lo que debe permanecer escondido. "reconoce el valor de su propia intimidad y respeta la de los demás. Mantiene su intimidad a cubierto de extraños, rechazando lo que puede dañarla y la descubre únicamente en circunstancias que sirvan para la mejora propia o ajena". (Teología de la perfección cristiana". Rvdo P. Royo Marín. )

Bibliografía
Catecismo de la Iglesia Católica
Curso: Las 54 virtudes atacadas La Modestia y el Pudor Marta Arrechea Harriet de Olivero "Teología de la perfección cristiana". Rvdo P. Royo Marín. Editorial BAC. Pág. 612.

sábado, 1 de junio de 2013

Catequesis sobre modestia

La modestia es uno de los doce frutos del Espíritu Santo: "caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad" ( Catecismo de la Iglesia Católica 1832 Los frutos del Espíritu son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna.)


Es hija de la templanza y de la prudencia, pues nos marca los pasos que no debemos dar para no caer en situaciones peligrosas. Es esa cautela y reserva en nuestras maneras. Nos mantiene en los límites que nos corresponden de acuerdo al lugar que ocupamos en la sociedad y a nuestra dignidad de hijos de Dios

Incluye a la humildad, que regula el deseo de excelencia personal para que se dirija hacia amar a Dios y no a la satisfacción del ego. El humilde descubre su propio valor ante Dios y no a la luz de apariencias humanas.

Modera todos los movimientos y la apariencia de la persona. Se refleja en el comportamiento, modales, ademanes y en el vestir.
La modestia defiende al pudor y custodia los sentidos.

Modestia en los movimientos del cuerpo dirige a la persona a observar el decoro según la guía de San Agustín. "En todos tus movimientos que nada sea evidente que ofendiere los ojos de otro". ya que a veces, sin quererlo, (o queriéndolo), el lenguaje puede ser sensual, convocando sólo a lo sensual en el otro.
 
En el vestir inclina a la persona a evitar no solo lo que es ofensivo a otros sino también lo que no es necesario.
Si nos vestimos de una manera provocativa tenemos que saber que eso puede generar reacciones en la otra persona. Debemos procurar vestir para ser agradables a quienes nos miran. Debemos presentarnos bien, discretos, limpios y dignos.
Existe una forma de vestir adecuada a nuestro estado de vida y a cada situación y no debemos dejarnos llevar totalmente por las modas.

Y es precisamente este punto, modestia en el vestir el que tratamos en este blog.


Bibliografía Curso: Las 54 virtudes atacadas La Modestia y el Pudor Marta Arrechea Harriet de Olivero Modestia Padre Jordi Rivero en corazones.org