Modestia es belleza: septiembre 2013

domingo, 29 de septiembre de 2013

Razones para practicar la modestia de los ojos


















10 razones para practicar la modestia de los ojos:

1 - Nos centra de nuevo en las cosas más importantes. 
     "Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura." (Mt 6,33). Cristo debe ser nuestra prioridad. Honrarlo en su creación (las hermanas) debe ser lo segundo. Nosotros debemos ser lo tercero.

2 - Es una virtud que debemos buscar.
      Se relaciona con la castidad, la modestia y la templanza.

3 - Ayuda a las hermanas a no sentirse como objetos. 
    Si no por otra razón, debemos testimoniar la dignidad de la mujer,  controlando nuestras pasiones.

4 - Ayuda a combatir la tentación.
      Los hombres a menudo sufren la tentación sexual. Protegerse los ojos ayuda a un hombre a luchar contra una tentación, incluso  más fuerte, de codiciar a una mujer después de mirarla.

5 - Evita el escándalo.
      Recordemos al rey David. Si  hubiera practicado la modestia de los ojos,  podría haber sido capaz de evitar  pecados  mucho mayores- adulterio y asesinato. Consideremos ahora lo que sucede cuando un hombre está atrapado en una mirada lasciva hacia una mujer.

6 - Ayuda a que el hombre  vea a la mujer como un todo, no sólo las partes de su cuerpo.
      Cuando la mayoría de los hombres ven a una mujer vestida indecorosamente, sus cerebros empiezan automáticamente a desearla. Por lo tanto, los hombres tienen que ser capaces de ver la verdad acerca de quién es una mujer - no sólo un objeto que puede usar para su placer egoísta.

7 - Es lo que todo caballero debe hacer.
     Ninguna mujer que quiere darse a respetar quiere  ser codiciada o ser mirada de  arriba hacia abajo. No sería verdadero caballero quien deshonra a una mujer haciendo eso.

8 - La modestia de los ojos ayuda a la castidad. 
     La castidad nos ayuda a ordenar nuestra sexualidad correctamente. Si no tenemos la modestia de los ojos, esto significa que nuestra sexualidad está desordenada a lo físico - no el amor - y necesita ser sanada.

9 - Evita la ocasión próxima de pecado. 
     Guardar sus ojos cuando se sienta tentado a utilizar a una mujer deseándola, es una cosa buena. "Pero yo os digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón." (Mt 5,19).

10 - Ayuda a enseñar la disciplina. 
     Un  hombre debe disciplinarse para poder controlar sus pasiones y permitir que éstas lo controlen a él. 

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Traducido del portugués al español por luflute9. Tomado del blog www.floresdamodestia.blogspot.com

lunes, 23 de septiembre de 2013

Días lluviosos



La semana pasada tuvimos lluvia todos los días. Casi no salió el sol, llovía todas las tardes sin parar, uno llevaba el paraguas constantemente en la mano.  Decidimos aprovechar un rato que no llovió para  tomar algunas fotos de como nos abrigamos en este tipo de días.

El primer ejemplo es una falda larga color gris, botas, blusa estampada y sudadera gris también. Es una combinación de gris y rosa. 


El segundo ejemplo es una falda de mezclilla, tenis, y sudadera azul.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Testimonio (M.M)

Compartimos el testimonio que nos envió una amiga:

"Recogiendo rosas"
 Percy Tarrant (1879-1930)
"El uso de la falda y el sentido de la modestia femenina vino implícito  al momento de conocer la Tradición, comenzando en especifico con la Misa Tridentina, la cual no conocía ni sabía que existía y por tanto ni me imaginaba todo lo que ella significaba, sobre todo en estos tiempos…

Cuando supe de la Misa, ya me parecía que era algo muy particular, así que me fui informando de manera individual de qué se trataba; nació en mí el deseo de poder conocerla, asistir a ella y saber de qué se trataba. Averiguando me dijeron que las mujeres asistían con velo y con falda y aunque parezca cómico, ni siquiera se me ocurrió preguntar sobre el por qué, sino que en seguida me pareció lo correcto, lo que debía ser y por eso mismo vislumbré que esa Misa no era cualquier Misa, era algo muy especial, ya que a mí como mujer se me exigían ciertas condiciones para asistir, las cuales me parecían correctas y buenas por lo que mi entusiasmo creció.

Traté de buscar dónde celebraban la Misa y supe que en la Capital de mi país era donde más seguido se realizaba (yo vivo en provincia), pero por más que intentaba me encontraba con que len as fechas  que iba no lograba dar con la direcciones o los horarios, así que no pude asistir las primeras veces que me lo propuse.
Aún así, por medio de las redes sociales me puse en contacto con personas católicas que conocían la Tradición de la Iglesia y me iban contando cómo se fueron dando los cambios, las controversias, porqué la mujer dejó de usar velo y comenzó a asistir a misa nueva como se le viniera en gana pues usaban la excusa de que “Dios ve el corazón”.

El asunto es que es que cuando ya pude asistir por primera vez a la Misa, por fin pude poner en práctica el asistir con falda y velo a ella y si bien esa primera vez no “sentí” nada en especial eso no importó porque ya sabía en mi corazón que esa era la Misa que la Iglesia Siempre celebró y en esta Misa no importaba si yo entendía cada palabra o gesto que realizaba sino que allí el papel principalísimo lo realizaba el Sacerdote que si entendía y decía casi todo y que ofrecía el Sacrificio incruento de Nuestro Señor! Yo y los demás nos eclipsábamos por completo, tanto así que el velo me parecía que no hacía otra cosa que esconderme, era Dios quien hacía en la Misa y eso era espectacular!

Regresando a la misa novus ordo (la cual en ese momento me parecía tan perfecta como la Tridentina) comencé a poner en práctica los mismos hábitos de la Misa de Siempre. Comencé a asistir a con falda y también busqué un pañuelo oscuro que o llamara mucho la atención para usarlo en la cabeza. Mi lógica de pensamiento en ese momento era que si Dios estaba presente en ambas Misas de la misma manera no podía ser que en una le rindiera todos los honores y en la otra asistiera como siempre (con pantalones y sin velo) Asi que comencé a asistir de esa manera llevándome las miradas extrañas de mucha gente las cuales poco me iban importando pues taba segura en mi corazón de que asi debía ser.

Mientras que iba informándome más sobre la Tradición y viendo el buen ejemplo de las mujeres católicas que usaban falda habitualmente me comencé a preguntar por qué no hacía lo mismo yo también si me parecía que eso era lo más perfecto. Y comencé a ponerme las trabas de siempre: En mi trabajo sería incómodo de usar, vivo en un clima frio por lo que no podría acostumbrarme a usar falda diariamente; los pantalones “estilizan” la figura y, yo que no soy ninguna Barbie, me parecía que perdía mucho…

En fin, asi estuve por casi medio año y el “bichito” del uso de falda me seguía hablando al oído como una consecuencia directa del estar conociendo la Verdadera Doctrina Católica más profundamente… Hasta que tomé una primera decisión y me dije: en cuanto comience el tiempo mejor (Primavera) comenzaré a usar falda por lo que un mes antes de que eso sucediera me comencé a preparar comprándome un par de faldas más de las que ya tenía y unos zapatos o sandalias que me pudieran hacer juego (lo del buen gusto para vestir es algo que no hay que perder aunque los vestidos sean muy modestos, es parte de la femineidad y eso fue algo que también mucho tiempo me hizo guerra espiritualmente incluso…) La idea de que fuera recién en Primavera tenía un sentido y era parte del plan: Si comenzaba a usar falda en esa época iba a ser más fácil acostumbrarme a usarlo diariamente, ya no hacía tanto frio y muchas iban vestidas igual que yo asi que no me vería como bicho raro, decía yo; además al haberme ya acostumbrado a usarla durante los cinco meses que duraba las estaciones de más calor ya me iría aclimatando en días nublados al mal tiempo, a la lluvia que de repente caía y se iría dando la “transición” de climas de forma más natural. Y asi fue. Llegó marzo, abril, mayo, meses de lluvia y frio, y fui acomodándome con la vestimenta y los abrigos por lo cual ya llevo un año vistiendo asi en todo lugar.

En este tiempo, si bien para mi no necesitaba de mucha explicación o razones del porqué debía usar ambas cosas (velo y falda), comencé a pensar en cómo poder dar razones a quienes las pidieran asi que buscando por aquí y por allá me encontré con las palabras que muchas veces dirigieron los Papas en sus enseñanzas donde se hablaba de la modestia y el buen vestir de una mujer católica:

El Papa Benedicto XV escribió en su encíclica Sacra Propediem el 6 de Enero, 1921:
“Uno no puede deplorar suficientemente la ceguera de tantas mujeres de todas las edades y estaciones.  Volviéndose tontas y ridículas por el deseo de agradar, no ven hasta qué grado la indecencia de sus vestimentas choca a cada uno de los hombres honestos y ofende a Dios.  Anteriormente, la mayoría de ellas se hubiesen azareado por dichas ropas por la falta grave en contra de la modestia Cristiana.  Ahora no es suficiente exhibirse en público;  no les da miedo entrar en los umbrales de las iglesias, asistir al Santo Sacrificio de la Misa y aún portar el alimento seductor de la pasión vergonzosa al Santo Altar, en donde se recibe al Autor de la Pureza.

El 12 de Enero, 1930, la Sagrada Congregación del Concilio, por mandato del Papa Pío XI, emitió instrucciones enfáticas a todos los obispos sobre la modestia en el vestir:
“Recordamos que un vestido no puede llamarse decente si tiene un escote mayor a dos dedos por debajo de la concavidad del cuello, si no cubre los brazos por lo menos hasta el codo, y escasamente alcanza un poco por debajo de la rodilla.  Además, los vestidos de material transparente son inapropiados.  Que los padres mantengan a sus hijas lejos de los juegos y concursos gimnásticos públicos;  pero, si sus hijas son obligadas a asistir a dichas exhibiciones, que observen que van vestidas totalmente y en forma modesta.  Que nunca permitan que sus hijas se pongan indumentaria inmodesta.”

El Papa Pío XII dijo en 1954:
“Ahora, muchas niñas no ven nada malo en seguir ciertos estilos desvergonzados (modas) como lo hacen muchas ovejas.  Seguramente se ruborizarían si tan sólo pudiesen adivinar las impresiones que hacen y los sentimientos que evocan (excitación) en aquellos que las miran.” (17 de Julio, 1954)

“El bien de nuestra alma es más importante que el de nuestro cuerpo;  y tenemos que preferir el bienestar espiritual de nuestro vecino a nuestra comodidad corporal… Si cierta clase de vestido constituye una ocasión grave y próxima de pecado y pone en peligro la salvación de su alma y de la de los demás, es su deber dejarlo y no usarlo…  Oh madres Cristianas, si vosotros supierais qué futuro de ansiedades y penas, de vergüenza mal guardada que preparáis para vuestros hijos e hijas, dejando imprudentemente que ellos se acostumbren a vivir ligeramente vestidos y haciendo que pierdan su sentido de modestia, estaríais avergonzadas de vosotros mismas y temeríais el daño que os hacéis y el daño que estáis causando a estos niños, quienes el Cielo os habéis confiado para que los criéis como Cristianos.” (Pío XII a los Grupos de Mujeres Católicas Jóvenes de Italia)

También la Virgen Santísima habló en Fátima con las siguientes palabras:
“Más almas se van al infierno por pecados de la carne (es decir, pecados en contra del 6 y 9 mandamientos) que por cualquier otra razón”.  Nuestra Señora de Fátima le dijo a Jacinta, “Se introducirán ciertas modas que ofenderán gravemente a Mi Hijo”.  Jacinta también dijo, “Las personas que sirven a Dios no deberían seguir las modas.  La Iglesia no tiene modas;  Nuestro Señor es siempre el mismo”.

LA MODESTIA AL VESTIR: LA BELLEZA NUNCA SE EXPONE | RADIO CRISTIANDAD
http://radiocristiandad.wordpress.com/2011/01/25/la-modestia-al-vestir-la-belleza-nunca-se-expone/


Por otro lado, y ya de manera personal, he ido viendo y palpando que estamos en una época donde los roles de cada quién, hombres y mujeres, se han desvirtuado a tal punto que se hace necesario que cada uno, sobre todo si son católicos, no dejen que las modas o los discursos modernistas los convenzan que ya no son necesarias las reglas externas para decir de si mismos. La Iglesia siempre cuidó de enseñar que tanto varones como mujeres tienen en el hogar un rol definido el cual es necesario cultivar con amor y delicadeza. Parte de esa delicadeza, gran parte de ella, la pone la mujer con su forma de vestir y de ser ante los demás. Si ella se muestra digna hija de Dios ha de serlo en todo  momento y lugar mostrando por fuera lo que lleva por dentro, al mismo Señor de Señores y Rey de Reyes por lo que el modo en que vestimos es muy, muy importante fundamental

Dios quiera que estas palabras, especialmente las dirigidas por los mismos Sumos Pontífices que tanto vieron por esta causa, sean para ustedes fuente de amor por la Verdad y las santas costumbres que la Iglesia Siempre enseñó.
Dios las Bendiga!" (M. M.)

domingo, 15 de septiembre de 2013

Vestidos de primera comunión






El día de la primera comunión es un día importante y especial en la vida de un niño. Por primera vez recibe el Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor, de Dios ¡nada menos!

Para tan solemne ocasión los padres buscan un vestido especial para sus niñas, el cual comúnmente se acostumbra que sea blanco.






Estos son dos ejemplos de como se vestían las niñas hace ya unos años:

 ¡que lindas se ven!

He observado en mi país que los padres visten a sus niñas así:






Se ven bonitas,  pero quizá no es la mejor opción. Imitan los vestidos actuales de novia en tamaño pequeño, o el vestido de una princesa  (como en un disfraz).
Es importante señalar que los vestidos sin mangas o de tirantitos no son modestos. Por lo que en caso de escoger uno así, lo recomendable sería adquirir también un suéter ligero. De ese modo el modelo resulta modesto.

Los siguientes vestidos podrían ser más adecuados. Las pequeñas se ven igualmente hermosas para su misa de primera comunión.





Las niñas, ¡son niñas! hay que dejarlas vestirse como niñas, no como adultos pequeños o con afectación y vanidad.
Busquemos tener buen gusto al elegir vestidos para estas ocasiones tan relevantes.

Más ejemplos en este enlace
Vestidos modestos de primera comunión

Bibliografía
Fotos tomadas de los siguientes sitios:

b) y c) www.todocoleccion.net
d) www.flowergirldressforless.com
e) www.limerickcity.olx.ie
f) www.girlsdressline.com
g)www.myfirstcommunion.com
h) www.monsermarketplace.com
i) y j) www.teresaleticia.com
k) www.lacasitademartina.com
l) www.nostalgiaportraits.com
m) http://elcorteingles.papelaweb.com



domingo, 8 de septiembre de 2013

El vestido símbolo de la Gracia (tomado del libro Elogio del pudor de José María Iraburu)

















Esta semana compartimos algunas citas del libro "Elogio del pudor" de José María Iraburu:

 Adán y Eva, antes de ser pecadores, estaban ambos desnudos, «sin avergonzarse de ello», pues en alma y cuerpo eran santas imágenes de Dios. Y ajenos a toda maldad, vivían una total armonía
entre alma y cuerpo,  su naturaleza era pura y perfecta.
Sin embargo, una vez que, desobedeciendo a Dios, se hicieron pecadores, de tal modo entra el mal en sus corazones, de tal modo se encrespa en ellos el desorden de la concupiscencia incontrolada, que «se les abrieron los ojos, y viendo que estaban desnudos, cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores» (3,7).
El Señor se dirige entonces a ellos con reproche: «¿y quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?» (3,11)... Partiendo de la vergüenza que ellos mismos sienten, les hace ver que, efectivamente, son ahora pecadores, es decir, que han perdido
su primera armonía entre alma y cuerpo, entre voluntad libre y ávidas pasiones.
Y aprobando este nuevo, recién nacido, sentimiento de pudor, «les hizo el Señor Dios al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió» (3,21). Seguidamente, los arrojó fuera del Paraíso (3,23-24)


En esta maravillosa catequesis del Génesis, los Padres de la Iglesia entienden unánimemente una revelación divina: por el pecado, Adán y Eva incurrieron en la necesidad del vestido, sancionada por el mismo Dios,
pues al rebelarse los hombres contra Dios, «se vieron despojados del hábito de la gracia sobrenatural» que hasta entonces les vestía; es decir, quedaron desnudos (S. Juan Crisóstomo, Hom. in Gen. 16,5: MG 53,131).

De este modo, «la pérdida del vestido de la gloria divina pone de manifiesto no ya una naturaleza humana desvestida, sino una naturaleza humana despojada, cuya desnudez se hace visible en la vergüenza» (Erik Peterson, 224). El vestido, pues, ese velamiento habitual del cuerpo, que Dios impone al hombre y que incluso éste se impone a sí mismo, viene a ser para el ser humano un recordatorio permanente
de su propia indignidad, es decir, de su propia condición de pecador. Y al mismo tiempo –adviértase bien–, el vestido es para el hombre una añoranza de la primera dignidad perdida, un intento permanente de recuperar aquella nobleza primitiva, siquiera en la apariencia.

El hombre adámico, por lo que al vestido material se refiere, peca con frecuencia de vanidad y de lujo, y también de indecencia y desnudez. Pero por otra parte, y ahora ya en el sentido de un vestido espiritual, se ve ignominiosamente vestido con los malos «hábitos» de sus pecados.
Por eso ahora, si quiere recobrar su dignidad primera, debe desvestirse de esas «sucias vestiduras» (S. Justino, Trifón 116), y revestirse con el hábito glorioso de las virtudes cristianas, hábitos santos y bellísimos, que nacen de la gracia divina.

 En efecto, «cuantos en Cristo habéis sido bautizados, os habéis revestido de Cristo» (Gál 3,27;
+Rm 13,14; Ef 4,22-24; Col 3,9-10).

El rito sacramental del bautismo recuerda este sentido
espiritual del vestido, cuando el sacerdote impone una
vestidura blanca al recién bautizado:

«N., eres ya nueva criatura, y has sido revestido de Cristo.
Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano.
Ayudado por la palabra y el ejemplo de los tuyos, consérvala
sin mancha hasta la vida eterna».

Está claro que es la fe lo que reveló a los cristianos
la dignidad de su propio cuerpo y la belleza del pudor
y de la castidad. Lo que hizo conocer a los neocristianos
la dignidad sagrada de sus cuerpos fue, sin duda,
la conciencia de ser miembros de Cristo, y por eso mismo
templos de la santísima Trinidad. Esta dignidad,
por otra parte, se les hizo también patente gracias a la fe
en la resurrección de los cuerpos, destinados éstos a
una glorificación celestial en la otra vida.

Saludos en Cristo,
Luflute

lunes, 2 de septiembre de 2013

Modestia en misa- ¿Cómo debemos de vestir?


Si en la calle hemos de vestir dignamente, con mayor razón en el templo, en la casa de Dios. La iglesia es el lugar de encuentro con Dios, es un lugar especial para la oración. No es justo que los jóvenes tengan que lidiar ahí con las mismas tentaciones que en el mundo. Que problema es una persona vestida con poco decoro ya que distrae la atención de los asistentes. Más cuidado ha de tener la persona si estará frente a la asamblea, si forma parte del coro o va a leer las lecturas. La virgen en Fátima dijo que hay muchas modas que desagradan a Nuestro Señor. No querremos ir a misa de forma que a Él no le guste.






 Algunas reglas de como NO ir a misa
 Para las mujeres:
Ropa transparente
ropa escotada
 strapless, tops o de tirantitos.
ropa que deja al descubierto parte del abdomen (las "ombligueras")
 pantalones cortos: shorts, bermudas, bikes, "likras" etc
 pantalones ajustados y en general cualquier ropa ajustada
 faldas o vestidos que dejen a la vista parte de los muslos.
 chanclas y zapatos provocativos.

 Para los hombres:
 ropa desaliñada; por ejemplo arrugada o sucia.
camiseta sin mangas camisetas, sudaderas o chamarras con letreros, especialmente los de grupos de rock o los que transmiten mensajes de rebeldía o satanismo. También las que ostentan calaveras, demonios o cualquier dibujo degradante.
shorts o pantalones cortos.
 pantalones caídos, abajo del ombligo.

 Ahora, ya que hemos tomado en cuenta las reglas anteriores y que nuestro vestir es ya decoroso hay dos extremos que debemos evitar:

  El primero es la vestimenta ostentosa. La misa no es una reunión social, ni una ocasión para lucirse. No es la oportunidad de ser admirada u observada. Es el sacrificio de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz, es acompañarle en el calvario. El anfitrión es Dios, en él se debe centrar toda la atención y no en las demás personas; Lo mejor es no llamar la atención con la vestimenta, ni por ser inmodesta, ni por ser ostentosa. Es parte de la humildad con la que vamos a alabar, agradecer y suplicar a Dios.

 El segundo la vestimenta desarreglada. Normalmente el domingo es un día de descanso, día que pasamos en casa, con la familia. No hay que ponerse el traje de toda la semana, ni los tacones, ni las cosas propias del trabajo. Sin embargo, es un error creer que por ser domingo, podemos ir desaliñados a misa. Es una falta de respeto a Nuestro Salvador asistir como si no nos importara. Si el rey nos invitara a un banquete en su palacio seguramente no iríamos de pantalón corto, pants, chanclas, como cuando salimos a las compras o a lavar el carro.

 Algunas veces para ir a misa me ponía lo primero que encontraba y lo más cómodo, no me recogía el cabello y a la mitad ya lo tenía enredado. Luego reflexioné que si el caso fuera salir con el novio seguramente no vestiría así ¿por qué hacerlo entonces para ver a Dios, que es el más importante en mi vida?

 Entonces ¿cuál es la vestimenta ideal para ir a misa?
Una forma de vestir discreta, pero especial. Antes las personas y también los niños tenían su "vestido del domingo." Era ciertamente su mejor vestido, que no usaban ningún otro día para las faenas del hogar o la escuela. Generalmente el domingo la gente vestía de manera especial porque era el día dedicado a Dios.


 No olvidemos la vestimenta más importante, la del alma.Para ir a misa cuidemos de llevar nuestra alma bien bella y cuidada, de que seamos limpios y puros por dentro al igual que por fuera. Acerquémonos a la confesión y luego a la comunión.